domingo, 11 de diciembre de 2011

El Delta del Níger: un legado más de Occidente para África

3_-George-Oil-Rich-Niger-Delta

Occidente tiene una gran deuda con África aunque muchas personas todavía no se hayan dado cuenta. Por su pasado colonialista o desde un punto de vista más general, por su devastador colonialismo empresarial, los países desarrollados siguen hipotecando el futuro de África a través del expolio masivo y de la terrible gestión humana que han dejado tras de sí guerras, muerte, hambre y pobreza. Hoy en día, empresas o intervenciones militares mal dirigidas provocan una y otra vez terribles consecuencias humanas en África. Se podrían citar muchos ejemplos: el saqueo de personas de Chad para emplearlas como carne de cañón por parte de Francia durante la segunda guerra mundial, el robo y la repartición fronteriza a la que Bélgica sometió a Ruanda y que a la postre provocó el genocidio en 1994, la división fronteriza con la que Alemania u otros países colonizadores eliminaron las normas de convivencia previamente establecidas o finalmente más en general, el continuo ataque a los intereses africanos que Occidente lleva a cabo para poder mantener a África como “el vertedero del mundo”.

De hecho, existe un ejemplo clarificador que permite ilustrar perfectamente lo que occidente representa en África en su forma más actual y reciente. El Delta de Níger es el paradigma de la inconfundible impronta occidental en África. Nigeria, tuvo la desgracia de localizar en 1956 el preciado Oro Negro en sus orillas atlánticas, en pleno medio de un ecosistema de riqueza irremplazable y por tanto pasar a formar parte del “selecto” grupo de los países más codiciados a nivel empresarial. Su petróleo, su débil gobierno y su población preocupada por otros menesteres (como hambrunas, enfermedades y demás) provocaron que lo que podía suponer una fuente de ingresos gigante para todo el país, se haya convertido en la mayor desgracia acaecida en Nigeria: la localización de petróleo. Desde 1997, Nigeria sufre un conflicto considerado por Naciones Unidas como menor, que enfrenta a las diversas facciones de la población, la policía y ejércitos gubernamentales persiguiendo intereses bien diversos: el control de los yacimientos, la defensa del territorio frente al expolio extranjero, el dinero o la defensa del entorno natural.

¿Cómo se ha alcanzado esta situación crítica en Nigeria? Pregunta importante para poder responder a la cuestión clave y que radica en determinar la influencia (o pasividad) que Occidente ha mostrado para ser el causante principal de la crisis Nigeriana.

 

Historia del conflicto

En 1956, una prospección petrolífera localizaba en Nigeria un yacimiento gigantesco de petróleo. De este modo Nigeria pasó de estado insignificante (siempre a ojos del codicioso occidente) a punto estratégico. Civilización ancestral, Nigeria estableció lazos con el Egipto de los faraones, desarrolló modernos sistemas sociales y sus fronteras fluctuaron a lo largo de la historia entre los reinos de Benín y Nri adquiriendo una riqueza cultural compleja y evolucionada. Durante toda esta historia y hasta esta fecha, se formaron y convivieron los tres grupos étnicos Hausa, Yoruba e Igbo.

Pero a partir de la era colonial, primero España y Portugal y luego el Reino Unido empezaron a deteriorar la situación del país. Implicando al país en el negocio de la esclavitud o bien enviando soldados al frente durante la segunda guerra mundial, Nigeria empezó a convertirse en un mercado fácil y barato para las potencias occidentales. No fue hasta 1960 cuando Nigeria logró la independencia respecto al Reino Unido, fecha que coincidió prácticamente con el descubrimiento de petróleo en su costa oceánica.

No obstante, previamente al inicio de las prospecciones tuvo lugar otra guerra civil debida a la delimitación que la era colonial había dejado en el interior del país. La auto-declarada República de Biafra (de minoría Igbo) se enfrentó a Nigeria desde 1967 hasta 1970 causando entre 1 millón y 3 millones de muertes directas o indirectas. Se trataba de la primera prueba de que Occidente había roto el equilibrio social nigeriano.

En la actualidad, Nigeria es el país africano más poblado con cerca de 152 millones de habitantes. Según el Fondo Monetario Internacional, se trata de una de las economía más sólidas al determinar que su PIB ha crecido un 9% en 2008 y un 8,3% en 2009. Todo un hito, salvo por el hecho de que este crecimiento está íntimamente relacionado con la extracción petrolífera. Unos datos más realistas los aporta el análisis del IDH valorado en 2010 con un 0,423 (bajo desarrollo humano). Hoy mismo, cuando una persona nace en Nigeria, tiene una esperanza de vida de 48,3 años, la media referente al tiempo de escolarización es de 5 años y el PNB por cápita es de 2.156$. Esta radiografía mucho más humana dista mucho de lo que el FMI quiere hacernos creer sobre este país: la supuesta “potencia del futuro” no existe ni existirá con una bases tan endebles a nivel social en las condiciones que hoy en día se están dando en el país cuya capital es Abuya y la ciudad más poblada Lagos.

image

Como muestra la tabla superior, la situación en Nigeria es, siempre a nivel social, crítica. Precisamente, por la carente accesibilidad a la sanidad, de cada 100.000 nacimientos sanos, 1.100 madres fallecen durante el parto (por 0,2 en España). El índice Gini (que mide la desigualdad) es de 42 puntos, lo cual demuestra una desigualdad social interna elevada. Y mientras que al menos, el país se rige por una democracia más o menos estable, se vulneran gran cantidad de derechos humanos a diario. En definitiva, no existe trazo alguno de la inexistente economía sólida del futuro que tanto asevera el Fondo Monetario Internacional.

 

Actualidad de Nigeria y el Delta de Níger: de insignificancia a enclave geopolítico

nigerriverdeltaoil_lemondediplomatique

Para denotar la forma en que Occidente tiene influencia sobre Nigeria es interesante relevar un dato que muestra la influencia que puede ejercer éste sobre el país africano. En 1980, el 25% del PIB nigeriano era fruto de la venta petrolífera mientras que en la actualidad, el 60% del Producto Interior Bruto procede del oro negro. Esta información demuestra lo importante que es éste negocio para occidente a la par que prueba la indispensable necesidad para la economía nigeriana de seguir dejándose explotar sus recursos naturales. Occidente dispone de otros exportadores petroleros pero Nigeria solo puede vender petróleo a las compañías y apenas tiene armas de respuesta para contrarrestar el poder empresarial, con lo que una relación de inferioridad se establece para el país africano.

No deja de ser curioso que en Nigeria se consume un 19% de energías fósiles y un 81% de energías renovables, cosa que podría reforzar la idea del expolio occidental pues éste no dejaría que ni siquiera Nigeria pueda emplear sus propios recursos naturales tan necesarios a priori para alcanzar un desarrollo prolongado y aspirar a alcanzar los países del primer mundo algún día. Además de ello, las aguas de Nigeria están contaminadas con el petróleo que parte para Occidente provocando graves estragos en la salud de las personas, como lo demuestra la siguiente tabla en la que se denota la crudeza de los datos: mientras que en Nigeria mueren 2.120 personas de cada millón por la ingestión de agua y aire contaminados, en mundo desarrollado se consume el petróleo de Shell sin contaminar nuestras aguas…

image

 

Las causas de la crisis: occidente lanza la piedra y esconde la mano

niger-delta

El actual conflicto en el Delta del Níger no se está produciendo sin antecedentes, la crisis del delta que está ocurriendo en la actualidad y que tuvo su inicio en 2004, tiene sus orígenes directos en diversos otros conflictos que llevan produciéndose desde 1992.

El primer hecho relevante es la decreciente elaboración de productos agrícolas: el cacao (una disminución del 40% desde que en 1960 Nigeria fuera el principal exportador), el caucho (29%), algodón (65%) eran productos que diversificaban el empleo agrícola de una nación basada en la agricultura. No obstante, la creciente demanda de crudo así como la contaminación de las tierras, obligó al progresivo desplazamiento de las personas hacia el negocio del petróleo generando una enorme dependencia respecto a éste. Desplazados y en general sin empleo, con un urbanismo descontrolado y con un índice de corrupción elevado, millares de personas se ven forzadas a destruir el ecosistema del Delta de Níger (una de las regiones más densas del mundo) para encontrar algo con lo que subsistir.

Pero la primera crisis se produjo en 1992. Ogoniland, una región del delta con una población local arraigada, empezó a ser presionada por el gobierno de la época para dejar sitio a las insistentes demandas de espacio y libertad de las compañías petrolíferas Shell y Chevron. La compensación a los desplazados forzados no se hizo en función del valor de la tierra si no según el precio de la cosecha en el momento de la expropiación. Muchos de ellos no tenían cultivos y por tanto el valor era nulo mientras que otros cultivaban alimentos o productos con un valor esencialmente menor que el valor real de la tierra. Los Ogonis solicitaron una compensación económica, un control sobre las actividades de extracción y la detención del deterioro medioambiental a Shell y Chevron pero el gobierno federal acusó a su propia población Ogoni de traición y a partir de 1994 envió soldados a la región para detener los disturbios de protesta. 9 protestantes fueron ahorcados tras un juicio injusto por incitar al asesinato. Occidente criticó la decisión e impuso irrisorias sanciones pero no bloqueó sus importaciones de petróleo. Y la protesta fue erradicada.

En 1997 se inició un nuevo conflicto interno: el clan de los Ijaw y de los Itsekiri entran en una escalada de violencia generada por un resentimiento heredado de la era colonial. Los dos grupos vivieron en completa paz durante siglos pero desde la llegada de los colonos, los Itsekiri se mostraron más ávidos de emplear los conocimientos occidentales para aprovecharlos en su negocio. Poco a poco, y favorecidos por las potencias coloniales, el clan Itsekiri fue adquiriendo más poder, desequilibrando la balanza que había reinado durante siglos. La partida del Imperio Británico dejó un desequilibrio social profundo en la región, hecho que ligado a la aparición del petróleo (y por tanto de un interés económico muy fuerte) y a la muerte del general Sani Abacha en 1997 dejaron campo abierto a la batalla por el control de la región del crudo. El clan de los Ijaw, los Itsikiri y de los Urhobo reclaman desde entonces el control de la región de Warri, la mayor región petrolífera del Delta, afirmando que cada uno de ellos es el verdadero pueblo natal de la zona y que por ello merecen gobernar la región. Siglos de paz borrados y contaminados por el petróleo occidental.

untitledPero en 1998 comenzó la crisis Ijaw. Éstos formaron previamente una organización que luchaba por la paz, la autodeterminación (respecto a las compañías occidentales) y el cuidado del medio ambiente y solicitaron que de forma pacífica que Shell y Chevron dejaran de extraer petróleo de la región de Warri. Esto se tradujo en la intervención, durante un congreso Ijaw, de tropas gubernamentales en diciembre de 1998. Venían a “atacar a la juventud con intención de detener las compañías extranjeras”. En la mañana del 30 de Diciembre, 200 personas aparecieron por la mañana vestidas de negro en señal de protesta por los vertidos de petróleo, bailando y cantando. Los soldados nigerianos abrieron fuego con armamento pesado matando a diversas personas y deteniendo a 25 más. Las subsiguientes protestas fueron oprimidas y luego prohibidas al tiempo que los soldados ejecutaban personas en juicios sumarios y organizaban asaltos nocturnos aleatorios ara sembrar el terror entre la población autóctona. El 4 de Enero de 1999, soldados apostados en la base militar que protegía las plataformas de Chevron atacó las comunidades Ijaw circundantes, mató a un emisario de paz y a una niña de 7 años, destruyó poblados, eliminó el ganado, quemó cosechas y hizo desaparecer decenas de personas cuyo paradero sigue siendo hoy en día una incógnita. Mientras que la iniciativa para detener la extracción continuó, la policía nigeriana llevó a cabo la conocida como matanza de Odi en la que fueron asesinadas decenas o incluso centenares de personas. Algunas personas afirman haber visto militares nigerianos disparando desde helicópteros de la compañía Chevron Corporation quien aseguró que estaban siendo atacados por extorsionadores que querían parte de los ingresos del petróleo: dos personas murieron a causa de las balas nigerianas. Estados Unidos absolvió la multinacional de los cargos de asesinato y apoyo en primer grado.

Así pues, la situación social condujo a la formación de grupos armados a partir del año 2000 y los intereses fueron mutando. Mientras algunos continuaban defendiendo el control del territorio con fines medioambientales o para expulsar las compañías petroleras, otros empezaron a codiciar el control de la región de Warri y Port Hartcourt para disponer del mando sobre el petróleo. Estos grupos (el NDPVF y el NDV) empezaron a desviar canalizaciones petrolíferas y a matarse en un combate fratricida desde 2004 provocando centenares de muertos, diversas bajas inocentes y el desplazamiento de personas que vivían en la región…

 

El conflicto en la actualidad

Niger-Delta-residents-_burning_oil_pipelineEl Niger Delta People’s Volunteers Force (NDPVF) y el Niger Delta Vigilante (NDV) compuestos principalmente de Ijaws se enfrentan entre ellos mismos por el control de la región petrolífera desde 2004 en lo que ya se considera como el conflicto oficial del Delta de Níger. Estos grupos están compuestos por una compleja ramificación de sub-grupos paramilitares que son entrenados por los integrantes de las cúpulas del NDPVF y del NDV y que adhieren a personas desplazadas y sin empleo (ni futuro) de las regiones devastadas por la guerra y la contaminación petrolífera en Warri y Port Harcourt.

Desde 2009, el gobierno democrático del presidente electo Olesegun Obasanjo lanzó una ofensiva militar contra el NDV, el NDPVF y el Movimiento Ijaw para detener la violencia en la región que a la postre provocó un incendio urbano y social. El NDPVF declaró la guerra total contra las compañías extranjeras y contra el gobierno central atacando bases, policías, militares, canalizaciones y tanques petrolíferos a la par que se iniciaba la táctica de los rehenes occidentales capturados por grupos paramilitares de la región. Táctica que poco a poco se incentivó puesto que las petroleras pagaban el rescate solicitado por las bandas puesto que representaba una minucia económica, haciendo que cada vez más personas desesperadas, sin lugar a donde ir ni nada que comer, se entreguen a este negocio

El gobierno del nuevo presidente electo Umaru Musa Yar’Adua propuso en 2009 una amnistía incondicional durante 60 días, días durante los cuales cualquier militante de grupos paramilitares podría deponer sus armas y sería perdonado e instruido por el gobierno para una futura reinserción. Ametralladoras ligeras y pesadas, lanzacohetes, misiles guiados, granadas fueron depuestas y numerosas personas optaron por la vía de la reintegración. No obstante, las hostilidades se prosiguen en un marco complejo y en que muchos frentes se encuentran opuestos por motivos diferenciados: el control del petróleo, la expulsión de las compañías extranjeras, recuperar el territorio ancestral, proteger el medio ambiente y buscar la estabilidad socio-política de la región.

 

Silenciar, postrar en el olvido y permitir: la táctica Occidental

niger-delta2No deja de ser curioso cómo se está tratando la tierra en la que la humanidad nació. En Nigeria existen pruebas de la existencia de seres humanos que habitaron esa región 9.000 años antes de Cristo y aún así, el respeto por la tierra de la que venimos o simplemente y desde un punto de vista menos ancestral, el respeto por las personas deja mucho que desear. Occidente, a través de su encarnación más internacional en la forma de empresas petroleras, contempla pasivo cómo Nigeria se debate contra sí misma mientras se sigue extrayendo petróleo. Por culpa de la intervención empresarial, el Delta de Níger está totalmente militarizado y sufre una guerra civil mientras que Naciones Unidas tan solo emite comunicados sin interés alguno, con apenas soporte mediático en los que únicamente apoya las desnutridas iniciativas de un gobierno nigeriano en serias dificultades.

Esto es Occidente para África. Ciertamente hay personas en Europa y Estados Unidos que tratan de detener, o al menos paliar, este comportamiento tan humillante para nosotros mismos pero parece que la influencia empresarial es demasiado poderosa para impedir que Shell deje de extraer petróleo y el problema es todavía peor cuando se considera las perspectivas para el futuro. El odio y el desorden están demasiado bien instaurados para que una “coalición brillante y honesta” como la que vemos (sin duda alguna…) en Libia, en Irak o Afganistán solucione la crisis humana que está ocurriendo en el Delta de Níger. Mientras que en Occidente promovemos una cultura verde y limpia, nuestras empresas destruyen el medio ambiente de África, condenan pueblos a la auto destrucción y contaminan las aguas de países sin recursos y sin ninguna arma diplomática para defenderse. La dirección de Shell tiene la desfachatez de quejarse y pedir más severidad por parte del gobierno puesto que el 60% de los vertidos de petróleo están causados por ataques de guerrillas.

No olvidemos que de los 74 países en crisis o en riesgo de guerra, 34 son países con fuentes petrolíferas… ¿Quizá occidente y su intervencionismo empresarial tiene parte de la culpa de las crisis humana que ocurre en el mundo?

Nigeria es un país en el que las personas valoran su vida con una nota de 3,8 sobre 10 y en el que sin un progreso equitativo y repartido para la sociedad, jamás podrá mostrar un crecimiento coherente y realista. Sería un buen ejercicio plantearnos la siguiente pregunta ¿qué haríamos nosotros mismos ante un expolio y la destrucción de nuestra tierra? ¿cómo nos comportaríamos si empresas ajenas destruyeran nuestro pasado y nuestro futuro? En el Delta de Níger, las personas no tienen ninguna esperanza, beben agua contaminada cada día, no hay acceso a la sanidad, la comida escasea y el paro es un cáncer social brutal que empuja a las personas a sublevarse de la única manera que consideran útil: por desgracia, con las armas. Ni tan siquiera su gobierno les escucha. Este es el legado de occidente en Nigeria…

 

Fuentes:

Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/Conflict_in_the_Niger_Delta)

Organización Willson Center (http://www.wilsoncenter.org/topics/pubs/Report6-2.pdf)

Globa Security (http://www.globalsecurity.org/military/world/war/nigeria-2.htm)

Review of African Political Economy – No.109:391 – 406 – Demystifiying the Niger Delta confict: Towards an Integrated Explanation

No hay comentarios: