lunes, 29 de julio de 2013

Hasta pronto

Han transcurrido meses desde la última “entrada” que publiqué en este blog. Fue mi espacio de denuncia, mi espacio de muestra, el espacio a través del cual intenté mostrar la realidad desde un punto de vista objetivo pero siempre añadiendo la crítica. Fui y sigo siendo un firme creyente de esta capacidad que nos hace humanos: la crítica. Derecho y obligación, sin nuestra visión crítica no somos más que un rebaño dócil sin rumbo y nos convertimos en carne de criminales sin ningún escrúpulo.

La crisis se hace totalmente patente en España y en el mundo. No es más que la conclusión de toda la mala gestión que muchas personas denunciaban desde hace tiempo, no hacen falta más indicadores económicos o humanos para demostrarlo y por esto, quizá un día este blog re-abrirá pero hoy, su misión ha terminado. Los que opinaron que otro mundo era posible (desde economistas hasta músicos pasando por filósofos o meditadores) aparecieron en este blog.

No obstante, me gustaría terminar con unas reseñas hacia un mismo grupo que a mi humilde entender representan mucho más que eso. Sus letras me impactaron por su vulgaridad cuando tenía 13 años pero hoy, 20 años después de su debut, su crítica sigue más viva que nunca y los componentes parecen alcanzar el nivel de profetas… Recordemos esos momentos más jóvenes y menos duros a través de una letra que se proyectó dos decenios por delante.


Sigamos en pié y recordemos siempre de dónde venimos y quienes somos. Gracias a todos los que habéis apoyado, seguido o simplemente interesado por este blog.






domingo, 7 de octubre de 2012

Dialéctica oficial en estado de crisis

La crisis llegó hace prácticamente un lustro. Se oyen frases de boca de políticos de toda índole que supuestamente deberían resolver la crisis pero que al fin y al cabo presentan el mismo éxito que la anterior: ninguno… Al menos para el ciudadano. No obstante sigue siendo interesante analizar la forma en la que la política trata a la sociedad: uno es pobre porque se lo ha buscado

manipulacion

Parece que sea algo inexorable, parece que hoy en día todo sea inexorable y no haya nada que hacer salvo asumir la consecuencias de una crisis que viene impuesta por un poder divino contra el que nada se puede hacer. El ciudadano debe asumir, acatar y incluso estar de acuerdo con las diferentes medidas que unos y otros, mercados y gobiernos imponen con total impunidad democrática. Medidas que en general van en contra del interés del conjunto de los ciudadanos. Pero así es, parece ser que todos debemos asumir este momento y “unirnos para un día resurgir”…

No es el objetivo de éste artículo: las medidas que podrían hacer resurgir las economías europeas de forma mucho más rápida y capaces de respetar el interés general de la sociedad, ya se trataron en otro artículo. Lo que hoy trataremos de averiguar es el motivo por el que la sociedad parece estar en estado de shock.

¿Cuales son las claves del discurso político que mantienen a la sociedad en un sueño aletargado? ¿Por qué motivos se están debatiendo asuntos que bien podrían esperar unos meses en lugar de lanzar un debate útil y organizado para aplicar un modelo económico que permita sobre salir de una crisis que sigue engrosando las listas del paro? Existe una jerga: la dialéctica política basada en las técnicas de marketing Business to Customer (BtoC).

Inculcar una idea poco a poco hasta que se convierte en cierta

Es un virus que se extiende poco a poco. En todo el mundo. “Si es pobre, por algo será”. Es un pensamiento intrínsecamente ligado al pensamiento neo-liberal: un sistema hecho para los triunfadores en el que todo perdedor es objeto de burla, culpabilidad y olvido completo.

De una fuerza y belleza incontestable en periodos de bonanza económica (puesto que siempre hay ejemplos de éxito fulgurante en esas etapas), esta forma de pensar se convierte en un sistema intransigente, cruel y amoral en tiempos de crisis económica. A día de hoy, muchos son los que sospechan que la inmensa mayoría de los parados son unos holgazanes o son directamente culpables de no encontrar trabajo: tiraron por la borda sus oportunidades.

“Aunque pocas veces se expresa abiertamente, el desprecio por quienes necesitan ayudas públicas acaba aflorando. A veces de forma inoportuna, como le ha ocurrido al candidato republicano Mitt Romney. Sugerir que casi la mitad de los norteamericanos son parásitos sociales ha arruinado su carrera a la presidencia de Estados Unidos. Otras, de forma estridente, como cuando la diputada Andrea Fabra lanzó en el Congreso de los Diputados aquel burdo “que se jodan” en el momento en que se debatía recortar prestaciones a los parados. Y a veces sibilinamente, como cuando el diputado Josep Antoni Duran i Lleida afirmó que mientras los payeses catalanes lo pasan mal, en otras partes de España “hay campesinos que pueden quedarse en el bar de la plaza y continúan cobrando”.

Estas palabras no son inocentes. “El relato que se hace de lo que ocurre es determinante porque contribuye a construir el marco conceptual que servirá de referencia a la hora de valorar lo que ocurre”, explica Montserrat Ribas, profesora de la Universidad Pompeu Fabra y coordinadora del grupo de investigación sobre Estudios del Discurso. Si en ese relato se introduce la idea de que los parados y los pobres son parásitos, es presumible que cuando se decidan recortes en las prestaciones, estos no encuentren resistencia entre quienes no sufren esa situación.”

El País (ver fuentes para artículo completo).

Este marco ideológico que cada vez emplean más y más los partidos de derecha implicará, de continuar goteando en los medios, una sociedad todavía menos justa que la actual. Dentro de un tiempo, el parado ya no será considerado una víctima de un sistema financiero ni será considerado como merecedor de ayudas del gobierno. Se le abandonará a su suerte. Cuando el gobierno proponga entonces medidas antisociales, los parados no dispondrán ni siquiera del apoyo de sus conciudadanos que pensarán en ellos como una carga inútil para sus bolsillos y las arcas estatales.

Una ideología aberrante.

Y en este mismo marco ideológico se integra la visión de la crisis financiera que occidente está atravesando. De hecho, con este enfoque la crisis no tiene responsables (lo que es una mentira como una casa). Se trata prácticamente de una “catástrofe natural” y poco a poco se neutraliza la capacidad de crítica de la sociedad hacia las medidas constrictoras para la sociedad o las medidas que poco a poco están minando el estado de bienestar logrado.

“Una vez instaurado este discurso, quienes cuestionan las políticas de ajuste y se resisten a los sacrificios son malos ciudadanos, como sugirió Rajoy en Nueva York al ensalzar “a la mayoría de españoles que no se manifiesta, que no sale en las portadas de prensa”, en referencia a las protestas de la plaza de Neptuno de Madrid.”

El País (ver fuentes para artículo completo).

Y ahora nos encontramos con medidas como las que la Ministra de Trabajo, Fátima Báñez, quiere aplicar en el mercado laboral: se castigará a los parados que no acepten un trabajo (como si los trabajadores españoles recibiesen multitud de ofertas de trabajo). Una vez más se vislumbra la idea de la crisis como una catástrofe inevitable sin culpables y en la que solo las personas que estén al borde de la indigencia tendrán un derecho (casi divino) de recibir 400€ de ayuda gubernamental.

El caso es que en España se han sobrepasado el millón y medio de hogares en los que todos los miembros están en el paro. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), España ha ganado dos puntos en pobreza. Aún así, no deja de insistirse en que el parado no hace suficiente para encontrar trabajo. El parado es sospechoso de querer vivir de los demás además de haber perdido su empleo.

 

Desviar la atención sobre temas más sonoros

manipulacion_0El ejemplo catalán permite ilustrar este tema tan simple pero no es el único: la técnica de desviar la atención es empleada por multitud de políticos. Aprovechando la diada nacional del 11 de Septiembre, que de algún modo es el escaparate del pueblo catalán y con la proximidad inminente de unas elecciones en Cataluña, el presidente de la Generalitat de Cataluña ha salido a la palestra con virulencia para reclamar un referéndum solicitando la independencia de Cataluña.

Obviando los asuntos directamente ligados a esta consulta y que dicho Presidente no ha comentado como por ejemplo, la permanencia en la Unión Europea, la incompatibilidad de esta solución con la permanencia del sector empresarial y muchos aspectos que se tratarán en el próximo artículo, lejos quedan las críticas a Artur Mas por la drástica reducción de los presupuestos de sanidad, las obras aeroportuarias inútiles o la implicación de Convergencia i Unió en el caso Millet… Ahora solo se habla de la independencia de Cataluña. Y Artur Mas es el nuevo abanderado del independentismo catalán. En realidad no lo es, pero lo hace creer. Y no lo es por una razón muy simple: CiU encarna el sector conservador, religioso y empresarial de Cataluña que ya ha expuesto su clara oposición a la soberanía de la Comunidad Autónoma. Sin las subvenciones a su partido, Artur Mas sabe sobradamente que ya no ocuparía su puesto. Se trata simplemente de una maniobra político-comercial para atraer votos.

Mientras tanto, el paro en Cataluña sigue creciendo, la fuga de cerebros es una realidad, las quejas del sector sanitario por la falta de presupuesto se incrementan, la calidad de la educación decrece en las aulas de Cataluña (y de toda España). Pero nadie habla de la crisis… La independencia es más urgente que la calidad de la sanidad, la educación y el estado de bienestar.

La realidad: la sociedad sigue atomizada

Se nos hace creer que no hay otra solución, pero lo que realmente ocurre es que los gobiernos siguen atados al dogma de la austeridad impuesto por los mercados y sencillamente no tienen el valor suficiente para encabezar una ola de cambio ideológico. Este dogma, beneficia única y exclusivamente a las entidades financieras que regentan los mercados y que mayor interés tienen en el endeudamiento de los estados (un préstamo a alto nivel de interés, con fuerte capacidad especulativa y con unos fondos públicos de rescate que aseguran los fondos prestados). Los bancos y concretamente el Bundesbank que lleva décadas especulando sobre Europa y ahora mueve todos los hilos posibles para asegurar que sus inversiones millonarias sean devueltas con el interés fijado.

En esta ecuación no entra en ningún momento la variable humana: los ciudadanos no existen. Y la razón es muy simple: las personas siguen debatiendo en los bares si la subida de impuestos debe destinarse a un lugar del país o a otro, mezclando demasiadas ideas que no llevan a ninguna conclusión real sobre a crisis. Y todo porque se piensa que la crisis es una fuerza casi divina contra la que nada se puede hacer.

Pero quizá lo primero que habría que pensar es en buscar a los culpables de esta situación. Hay ejemplos (Islandia) y hay razones (las listas del paro por poner un ejemplo entre tantos otros). ¿Quienes son los culpables (por que sí, los hay) de esta crisis? ¿Por qué pagamos todos menos esos culpables?

Algunos grupos intentan encontrar el apoyo de una mayoría social pero no pueden. Entre la clase media, todavía hay personas que creen que recortar en sanidad nos permitirá realmente salir de la crisis. Hoy en día, el viejo lema “Divide y vencerás” sigue de plena actualidad.

Insolidaridad

El el marco ideológico de la crisis como hecatombe contra la que no se puede luchar y en el cual se integra la idea del desempleado como culpable de su debacle y fracaso social (una visión intolerable en el mundo occidental en el que vivimos), el discurso culpabilizador genera angustia e insolidaridad. Entre los ciudadanos pudientes y con trabajo contra los parados y pobres. Y lo mismo ocurre entre los países del norte de Europa y del Sur. Alemania está haciendo creer que España y Grecia no han sobrevivido a la crisis por culpa de su gestión y porque son “unos holgazanes que se pasan el día al sol”. Todo ello, en lugar de apuntar a los bancos alemanes que han especulado con el futuro de Europa…

Todo esto por no reconocer que los países que mejor han sobrevivido a la crisis son aquellos con un mejor estado de bienestar y que los recortes de todo tipo no son útiles y se han demostrado infructuosos en su objetivo de relanzar una economía europea prácticamente muerta.

Fuentes:

El País – opinión, Milagros Pérez Oliva “Culpables de ser pobres” – edición digital: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/04/actualidad/1349374997_487382.html

domingo, 23 de septiembre de 2012

En busca del camino a la felicidad

Son tiempos convulsos. Occidente atraviesa una crisis existencialista y de valores, Asia crece renunciando a sus valores mientras que en África y Oriente Medio las guerras diezman una población más y más hundida. Pero en nuestra casa, la televisión funciona y con eso, a muchos les basta para seguir adelante.

informacion

Más y más canales, más y más información. Creemos vivir en constante estado información total, necesitamos estar al día de todo. Facebook, las noticias por los medios tradicionales, la televisión en general, internet, la radio en menor medida, la prensa escrita… El que no está al último grito del mundo, no es nadie. Y así avanzamos día tras día, sometidos a un gran estruendo de información constante, datos y opiniones de toda índole. Una persona que no ha seguido un día de informativos puede sentirse en otra galaxia en la pausa del café en el trabajo.

Pero vomitar la información que nos han introducido por vía intravenosa no tiene porqué ser un ejercicio sano. Esta bulimia informativa es muy peligrosa más aún cuando nos percatamos que en la mayoría de los casos, la información que se nos suministra en pallets está vacía. No tiene contenido ni identidad, no tiene carácter y en definitiva no es útil.

¿A qué mecanismos estamos sometidos hoy en día por los medios de comunicación?

La sobreinformación y el periodismo

Al respecto de la televisión y los medios en internet, sorprenden algunos puntos. Recientemente observé un célebre canal informativo en el que pude captar cinco vías de información que se distinguían entre ellas por la velocidad a la que circulaban por la pantalla y por el sentido humano al que se dirigían. En efecto, el presentador explicaba una notica (de gran trascendencia para la vida de miles de personas en Síria). Mientras tanto, una primera franja se desplazaba con la temperatura esperada para las siguientes horas. Debajo de ésta circulaba otra franja a mayor velocidad con las noticias regionales. Ya van tres. Debajo de ésta, circulaba otra línea con noticias deportivas y en el borde superior de la pantalla desfilaban los últimos valores cotizados en Wall Street.

Cuatro informaciones escritas y una voz narrando muertes. Todas ellas irradiando información.

Demasiada información por segundo para ser realmente captada por el espectador que cada vez más se transforma en un observador pasivo ante la televisión. Quizá el estrés en el trabajo, el ritmo consumista en el que vivimos actualmente y otros factores sociológicos que ciertamente desconozco, nos cansan y nos postran delante del televisor horas y horas sin saber qué estamos mirando realmente, buscando tan solo un pasatiempo para el que ningún esfuerzo físico o mental sea necesario. Esperamos que otro día pase.

Y el resultado es que al día siguiente de conocer noticas espeluznantes como la muerte de 2.000 personas por un régimen autoritario en una sola noche, éstas se comentan en la calle con total frialdad llegando a oír frases del estilo “se lo merecen por no rebelarse antes” u otras barbaridades semejantes. No es culpa de la persona: la noche anterior simplemente se sentó sobre el sofá y conectó su cerebro con un cable invisible que le unía incondicionalmente a la televisión como si de un tubo se tratase. Sin ningún filtro en su cerebro pudo gestionar tal avalancha de información mal transmitida y la colocó directamente en su cerebro. Sin conocimiento del contexto, la opinión puede ser de cualquier índole.

La pregunta hacia la que nos debemos orientar es: ¿cual es la función de un periodista hoy en día?. Actualmente, agencias de información recaban información en todo el mundo para luego venderla a televisiones y periódicos (es típico ver la marca “fuente: EFE” por ejemplo). Corríjanme si me equivoco pero el rol de un periodista televisivo se ha reducido a leer una noticia en un tiempo definido por un servicio de marketing, con un estilo orientado a atraer un tipo u otro de audiencia (sembrando el pánico o por el contrario pareciendo ponderado en sus palabras) y procedente de una fuente ajena a la televisión.

Ni canaliza, ni analiza (¡que es muy diferente a opinar!) y por supuesto, ni siquiera contextualiza apropiadamente la noticia. Un avión se estrella y perecen 300 personas. El telediario dice “la investigación sigue abierta”. Un año después, se han hecho muchos avances sobre el accidente el vuelo Air France de Rio de Janeiro a Paris pero a nadie le interesa y ningún telediario habla ya sobre las razones técnicas del accidente. Se supone que la audiencia no desea oír tecnicidades al llegar de casa. Esta audiencia tan solo quiere saber cuantas personas han muerto en el accidente…

Se nos transmite el miedo por el bombardeo constante de informaciones catastrofistas, se nos infunda el pánico u obsesiones por la desinformación a la que se nos somete cada día en prensa y televisión, no se abren las puertas a opiniones alternativas y poco a poco, el pensamiento único en materia de opinión general se está implantando.

Y la defensa que pone en marcha nuestro cerebro es muy peligrosa. No nos afecta lo más mínimo ver como millones de personas mueren al año por guerras o desastres naturales. Lo vemos sentados con indiferencia desde nuestro sofá a miles de kilómetros.

Modismos televisivos

¿Quien conocía a Bashar Al Asad antes de la revuelta? Raras son las personas que criticaron los actos de dictador tirano e insensato antes de que su locura acabase de estallar en Siria.

¿Ahmadineyad sigue en Irán? Sí, pero Al Asad le ha robado el protagonismo y la crisis sobre la energía nuclear con propósito armamentístico ya no es noticia aunque siga de actualidad.

¿Ya no descarrilan trenes ni se estrellan aviones? Sí, pero ya no es la noticia del día puesto que ningún avión de los que se estrella es grande, occidental y estaba plagado de españoles o niños inocentes.

¿Mueren personas por el monzón en Asia? Sí pero no son muertes occidentales por lo que no tienen cabida en los titulares salvo que una catástrofe gigantesca multiplique los muertos y las desgracias por cinco.

¿Y la piratería en Somalia? Sigue existiendo y los piratas siguen secuestrando a personas pero como no son de nuestro país, no creemos que esta información tenga valor alguno. Solo nos interesó cuando un pobre pescador español fue secuestrado (pero nos dio completamente igual que al lado de éste pescador español hubiesen otros pescadores igualmente humildes pero de otros países).

¿Se incentiva la palabra de analistas expertos con opiniones diferentes en mundo del periodismo? No. Raras son las veces en que personalidades como Paul Krugman (premio Nobel de economía), Vicenç Navarro (catedrático de economía) o Ignacion Ramonet (director del mensual Le Monde Diplomatique) aparecen en público o en prensa escrita.

La información que se nos presenta corresponde única y exclusivamente a modas.

El punto de vista crítico

En este blog siempre se ha intentado dar hueco a personas con una opinión crítica y a la observación metódica de datos. Es una manera de pensar. Otros prefieren el sensacionalismo y se esconden tras la célebre frase “las estadísticas no lo son todo”. Y ciertamente no lo son. Pero conocer los datos apropiados (buscarlos y ofrecerlos es trabajo del periodista) a cada noticia y recibirlos por una fuente lo más objetiva posible es realmente importante para conocer realmente una noticia.

La2, Arte o diversos otros canales culturales son considerados “aburridos”. En su lugar, la audiencia apoya en masa (basándome en las estadísticas) programas en los que se fija como modelo la vulgaridad, el orgullo barato de ser idiota, la falta de cultura u otros valores decadentes y diametralmente opuestos a la cultura y al progreso social.

Entiéndase que no pretendo que las personas pasen sus horas libres leyendo a Schopenhauer. Ni creo que ese sea el modelo que imponer. Tampoco critico pasiones como el futbol u otros deportes. Lo que intento transmitir no es que todo el mundo deba recibir cultura a todas horas a través de los medios. Lo que quiero decir simplemente, es que la información que le llega al lector de prensa o internet y al telespectador de cualquier tipo de emisión, debe ser de calidad.

Si una persona prefiere ver un partido de futbol a una emisión sobre la navegación submarina es un derecho totalmente propio a la persona. Pero esa persona también tiene derecho a recibir, en cualquier caso, una información fiable, apropiada, buena, cordial y con un verdadero valor añadido para lo que está viendo el programa. Y recíprocamente, teniendo en cuenta la fuerza de los medios, todo periodista debería considerar estos modelos como un deber de profesión. Unas reglas de compromiso.

Poder elegir no es excusa

vacio 2Muchos presentadores de la conocida como “telebasura” argumentan que si millones de personas siguen cada noche sus programas, significa sin duda alguna que el programa es bueno. Obviamente, si se dice lo contrario, juzgamos automáticamente a millones de telespectadores. En definitiva, como muchas personas ven un programa malo, no se puede decir que ese programa es malo puesto que por algún motivo invisible, también estamos diciendo que los videntes de esa basura son malos.

Pues este razonamiento es esencialmente erróneo porque no justifica ninguna conclusión. ¿Pedro Piqueras o Jorge Javier Vázquez pueden responde a la siguiente pregunta?

  • ¿Por qué una gran audiencia es sinónimo de calidad?

Así de simple. Se me ocurren varios ejemplos que contradicen esta idea en muchos campos. El primero, que será fácil de comprender son las dictaduras o los regímenes autoritarios y despóticos. Y es que en mi humilde opinión el Nacional Socialismo de Adolf Hitler contó con un gran número de seguidores y no por eso era sinónimo de calidad. Más en relación con la televisión: un programa podría inventarse una mentira (un ataque nuclear en breves minutos) y mucha gente lo seguiría e incluso lo creería pero no por eso se trata de una emisión de calidad. La audiencia tan solo es sinónimo de capacidad de gancho pero no tiene porqué estar asociada a calidad.

De hecho, la sociedad se comporta como una esponja de información y absorberá la información que se le dé. Aún con la TDT experimentamos una enorme falta de originalidad, de cultura, de opinión crítica y de creatividad en la televisión. Las personas, en busca de un medio de desconexión ha optado por la vía fácil: telebasura puesto que es lo único que hay para elegir en los momentos de máxima audiencia.

Y ahí está el auténtico trabajo del periodista. Saber canalizar la información correctamente, sin sensacionalismos y con el contexto adecuado para que una persona pueda opinar con fundamentos y no a ciegas. Y eso hoy en día, aunque tengamos 30 canales distintos las 24h, es un tesoro raro y en vías de extinción. Una vez más, la culpa de la existencia de la telebasura no es de la audiencia, si no de los directivos de medios que han encontrado una forma fácil, barata y simple de contar con adeptos incumpliendo todos los preceptos del periodismo y por extensión de moralidad

Ejercicio personal

Evidentemente, muchos periodistas se dan cuenta de ésta realidad y prefieren hacer su trabajo alejados de los medios de masas pero en concordancia con sus ideales. Alejados de financiaciones diversas procedentes de la política, de la burguesía y de los magnates financieros, el trabajo de estos periodistas es independiente y objetivo, completo y riguroso, ejemplar y potente. Pero como en muchos otros campos, nadar a contracorriente requiere un esfuerzo y no encontraremos éstas publicaciones en los medios televisivos típicos, ni en la prensa diaria… Pero su trabajo para luchar contra la “Tiranía de la telecomunicación” (I. Ramonet) es valiente y honorable.

Mi breve experiencia personal me permite ilustrar este hecho con un ejemplo personal. Pienso tener una visión global y adecuada de lo que es la crisis económica actual y he recolectado algunos medios y medidas para solventar y mejorar la situación social. Lejos de tener los conocimientos en la ciencia de la economía para proponer ideas nuevas, leer ciertos expertos en medios poco comunes y hacerme con publicaciones económicas me ha permitido escapar a la corriente global y formarme una opinión independiente (y por tanto más objetiva). Lo peor llega cuando leo lo que explican los diarios y telenoticias más comunes: su aportación es superficial, fugaz, simple y no transmite ningún esfuerzo por parte del periodista. Peor aún, la visión depende del color del ente que publica. Por ejemplo, enmascarado por un silencio extraño, ningún diario se ha dignado a explicar la magnitud del MEDE… Sí que se ha sobrevolado el Pacto Fiscal. Pero de una forma tan partidista que en la calle se piensa que, o bien la solución económica para el país es el turismo vacacional, reactivar la construcción y recortar en sanidad y educación o bien derrocar el gobierno actual por mentiroso.

Evidentemente, estar en “modo receptivo” es importante para recibir la materia prima informativa, pero colocarse en “modo tratamiento” es igualmente necesario para hacernos mejores y crear nuestra propia opinión crítica y de alguna forma, hacernos únicos.

existencia

A todos mis lectores les hago una pregunta: ¿cuando fue la última vez que os concentrasteis en vuestra respiración y vaciasteis la mente de pensamientos? Evidentemente, este acto no solucionará por sí solo los problemas del mundo. No obstante, puede ayudarnos a escapar, aunque solo sea por unos instantes, de esta espiral de mecanización o más bien de deshumanización a la que estamos sometidos por la información que nos invade cada segundo. Este momento de espiritualidad (hoy en día, 5 minutos de silencio y paz son un trance prácticamente religioso) puede abrirnos los ojos con más facilidad de la que pensamos y puede ayudarnos a no caer en la mediocridad en la que muchos medios quieren introducirnos…