lunes, 28 de febrero de 2011

Crecimiento en España: ¿Economía social o economía monetaria?

 

Los nuevos datos referentes a la variación trimestral del Producto Interior Bruto (PIB) del cuarto trimestre 2010 en España han aparecido. Si consideramos los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se desprenden malas vibraciones. El PIB en España ha decaído un 0,025% del segundo al tercer trimestre de 2010 cosa que se ha considerado leve, transitoria y ligado a un descenso ligeramente más abultado de lo esperado del gasto de la administración pública. La prensa ha pasado por alto este dato y ciertamente no sería elocuente ver en este descenso pasajero una recaída en la crisis de los años anteriores teniendo en cuenta además, que en el cuarto trimestre, el crecimiento trimestral ha sido positivo (un 0,2% con respecto al tercer trimestre de 2010). No obstante, existe un factor a tener en cuenta que nos conduce a la problemática a tratar. ¿Por qué impera una visión positivista cuando la variación del PIB es positiva? Es necesario recordar que sin un crecimiento mínimo, la economía de cualquier país no “arranca”a nivel social y España no es una excepción.

 

El concepto de crecimiento mínimo

Esta idea ya se trató hace un tiempo en este blog cuando nos planteamos la sostenibilidad de un modelo económico en crisis. La idea se puede resumir fácilmente integrando el concepto de crecimiento mínimo para generar empleo. En otras palabras, o bien la economía de un estado crece por encima de un cierto valor o bien el sistema no es capaz de generar empleo. Es decir, un crecimiento positivo (como aseguró el gobierno a inicios de 2010 en una alocución triunfalista) no es sinónimo de mejoría socio-económica. Urge por tanto, una revisión de la definición imperante de crecimiento económico…

 

La situación en España

¿Cual es la situación actualizada en España? El siguiente gráfico se ha obtenido a partir de los datos de la OECD y del INE y representa la variación del PIB de España en función de la variación del paro. Este análisis se ha llevado a cabo desde un punto de vista interanual para tener en cuenta los efectos lentos de la macroeconomía.

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Como se puede observar, para obtener una disminución del paro, la variación del PIB (es decir, el crecimiento económico) debe ser superior al 3,23% anual. En otras palabras, el Estado español debe asegurar un crecimiento anual del 3,23% en su Producto Interior Bruto si desea mantener un paro como mínimo, constante. Este hecho es difícil, por no decir casi imposible de lograr a largo plazo. Algunos expertos aseguran que si se tienen en cuenta las coyunturas actuales, este mínimo de crecimiento podría hallarse cerca del 2,5%. Aún así, el valor es difícil de mantener durante un periodo prolongado de años.

Es interesante considerar el IPC y su variación anual en función del PIB nacional. Por tanto, se lleva a cabo el mismo análisis que en el caso anterior y obtenemos el siguiente resultado:

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En este caso, se puede apreciar una dispersión mayor y la tendencia no es tan evidente pero en todo caso, también se puede percibir una cierta tendencia en la mayoría de los puntos que tiende a crecer. Como se verá en el caso trimestral, la relación entre las variaciones del PIB y del IPC conlleva connotaciones negativas…

Los análisis trimestrales conducen a la misma conclusión y no hacen más que reforzar la idea de que crecimiento económico no está necesariamente ligado a progreso social:

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Los datos del IPC demuestran que, en el caso concreto de la crisis (los datos comparativos de extienden desde 2002 hasta 2010 y tienen en cuenta la crisis global acaecida en España) el índice de precios aumenta incluso para valores del crecimiento del PIB en los que, como se ha descrito antes, generan más desempleo. Conclusión social: los precios suben aún cuando el paro aumenta. Se observa un mal calibrado entre el paro y el precio en España. De todos modos, un análisis más en profundidad para verificar el efecto inestabilizador del petróleo y de los alimentos sobre el IPC sería conveniente en este caso para delimitar su perturbación.

Otro aspecto a abordar desde un punto de vista más geopolítico es el riesgo de pobreza. Este indicador no ha cesado de aumentar desde 2006. Concretamente en 2010 un 16,7% de las personas Españolas presenta un riesgo  de rebasar el limbo de la pobreza. Se trata de una evidencia más de que un crecimiento económico del PIB como el que se ha dado hasta 2008 no significa una mejora de las condiciones sociales. En relación a este aspecto, es interesante ubicar a España en el marco de la desigualdad. ¿Cuantas personas, en España, perciben una renta inferior al 50% de la renta media nacional?

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Se observa la situación: España se mide con países como Irlanda, Japón o Estados Unidos. Países célebres por la enorme desigualdad que presentan en el interior de sus fronteras. Un dato poco alentador que viene ligado, pese a la crisis presente, a unos años de bonanza.

 

Crecimiento positivo no significa progreso

El objetivo de este análisis no es el de criticar la situación de España. Muchos factores han intervenido durante los últimos años para intensificar la crisis en el marco español; muchos de ellos ajenos y externos, otros internos y ligados a los diferentes gobiernos que se han sucedido en España. El objetivo es el de distinguir el crecimiento económico del “crecimiento” social.

Se tiende a asociar bonanza económica a satisfacción social y por eso cada vez que se publican datos sobre el PIB, analistas, banqueros, políticos y demás (por múltiples y diversos motivos interesados) nos hacen creer que todo va bien. A la luz de las estadísticas eso no tiene porqué ser cierto. Como hemos visto, incluso en época de crecimiento económico la igualdad estructural de España se ha visto perjudicada. Y más difícil de asociar intuitivamente: es necesario un crecimiento inverosímil para mantener, en España (en otros países el límite es más razonable), una tasa de paro estable o decreciente.

El problema reside por tanto en la idea de gestión, gobierno y control de los distintos gobiernos, empresas y demás actores económicos. Una mala previsión y una mentalidad del corto plazo han conllevado la situación actual en España: es necesario crecer a más del 2,5% (ver incluso el 3%) para hacer que el paro disminuya y aún así, ciertos factores sociales siguen siendo oscuros y poco alentadores. ¿Cómo podemos considerar pues, que un crecimiento económico significa progreso? Si consideramos progreso como progreso total (incluyendo el factor social), el progreso en España dista mucho del crecimiento económico.

Es muy importante tener en cuenta este hecho cuando leemos datos económicos de cualquier índole. La economía no es la salvación ni la gallina de los huevos de oro. Pero como en muchos otros campos, cuando el dinero funciona, se tiende a olvidar las personas. Personas que en época de crisis, aparecen como un martillo para golpear en nuestras cabezas y recordarnos que no todo es dinero.

 

Fuente de los datos: Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) / Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (www.oecd.org)

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