domingo, 20 de junio de 2010

Incierta sostenibilidad de un modelo en crisis

Durante muchos años, los estados occidentales han crecido a un ritmo espectacular. Luchando contra las bases de la economía que dictaminan unos ciclos, España ha generado empleo año tras año hasta este momento en el que la crisis ha puesto todo en su lugar de nuevo. Pero más allá del cumplimiento de un ciclo (que en cierto modo quitaría “leña” al asunto de la crisis por ser algo pasajero), es interesante comprobar que relación existe entre el crecimiento y el empleo. En otras palabras, a qué ritmo debemos crecer para obtener una disminución de la tasa de desempleo. ¿Existe esta relación diferencial entre tasa de paro y PIB? De existir, las conclusiones podrían ser de gran profundidad.

Siendo España un caso de estudio estos días, se ha optado por su estudio en profundidad en el aspecto citado. Como breve explicación del trabajo llevado a cabo, destacar que se han obtenido los datos de tasa de paro anual y PIB en valor anual, base OECD, precios constantes y PPP constantes. Todo a partir de la basa de la OECD.

A partir de ahí, las variaciones anuales de PIB y tasa de paro en España se han calculado a partir de las siguientes fórmulas:

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De este modo se han obtenido las variaciones porcentuales anuales del PIB en el periodo i (DPIBi) y las variaciones anuales de la tasa de paro para un año y (DTasPary). Por la existencia de datos, se han obtenido parejas de valores a partir del año 1979, fecha a partir de la cual se disponía de un antecedente para calcular ambos indicadores.

¿Que se ha obtenido? Antes de elaborar el gráfico, cabría analizar a qué nos podemos atener. De existir una relación entre cuanto se ha crecido respecto al año anterior, y como ha variado la tasa de paro en consecuencia, se podría determinar una estrategia geopolítica a seguir: a qué ritmo ha de crecer España para generar empleo. Además, también se podría comprender que muchas de las medidas para generar empleo podrían ser inútiles si no van acompañadas de un crecimiento del PIB.

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A la vista están los datos. Pese a haber indicado tan solo una serie de años, se puede comprobar perfectamente como la regresión lineal se ajusta a la tendencia de los puntos. Y los peores temores se confirman: existe un nivel de crecimiento mínimo para que la tasa de paro disminuya y dicho nivel es muy elevado. En otras palabras, España debe crecer entorno al 3,2% para que el empleo siga constante. El dato de 2009 es quizá el más agresivo al demostrar que incluso en los extremos negativos, la ley se sigue cumpliendo. Para un decrecimiento del 4%, la tasa anual de paro aumentó cerca del 55%.

Es interesante plantearse si esta tendencia es independiente del periodo o depende de circunstancias propias a cada etapa de la historia contemporánea Española. A tal efecto, se ha desglosado el gráfico anterior en cuatro otros que cubren los periodos 1979 – 1986; 1987 – 1990; 1991 – 2001; 2002 – 2009.

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La tasa de crecimiento mínima en el primer periodo fue del 3,5%, el final de los 80 (segundo periodo) no permite extraer conclusiones, mientras que de 1991 a 2001 la variación de PIB mínimo para mantener el empleo fue del 2,8% y finalmente, en la última etapa, se ha requerido de un 3,3%. Valores que rondan el 3% de media. En España es necesario crecer al 3% para no aumentar la variación de la tasa de paro.

¿Como se lee esta relación en Europa?. Con un procedimiento análogo, se estudian los casos de Alemania (1992 – 2008) y Francia (1980 – 2008):

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De la comparativa entre los tres países se denotan las siguientes observaciones: (1) la tasa de paro es más robusta en cuanto a “golpes” del PIB se refiere. Para Francia y Alemania la pendiente de la recta de regresión es mucho menos pronunciada, lo que significa que aún creciendo por debajo del mínimo, la tasa de paro no se resiente tanto como en España. (2) Dicho mínimo es sensiblemente menor en Francia y Alemania. Mientras que en España el mínimo crecimiento del PIB para mantener la tasa de paro igual era del 3,2%, en Alemania se requiere de un 2,5% y en Francia de tan solo un 2,3%. Pese a ser números elevados (crecer indefinidamente por encima del 2,5% no es tarea fácil y supone con muchas probabilidades acabar sufriendo una crisis de gran calibre) Francia y Alemania disponen de una economía y un mercado laboral menos volátiles y extremos.

Como siempre, las respuestas simplistas no siempre funcionan. En mi opinión, de este análisis se extraen dos grandes conclusiones. Ayudar a que las empresas contraten a ciegas, sin una línea directora aparente no sirve de gran cosa a medio y largo plazo. El aspecto vital es generar la necesidad de contratar en las empresas en situaciones normales: es evidente que ayudar en este sentido con la reforma laboral allanará el camino, pero si no existe un necesidad de ampliar plantillas derivada directamente del crecimiento del PIB, las empresas no contratarán y la tasa de paro seguirá igual. Una vez terminada la reforma laboral, el gobierno debe volver a ganarse la confianza de los inversores y reactivar el motor económico con medidas estrictamente financieras.

La segunda conclusión es más estratégica, es decir a largo plazo. Sería necesaria una revisión integral del modelo macroeconómico de España puesto que mantener un aumento del PIB anual del 3,2% y obtener tan solo una variación nula de la tasa de paro es demasiado complicado e insostenible. A día de hoy estamos sufriendo las consecuencias de lo que ha hecho falta para mantener este ritmo de crecimiento. Basándonos en los modelos francés y alemán, España debe tomar ejemplo y estructurar una economía menos volátil.

Datos para gráficos extraídos de OCDE: www.oecd.org. Elaboración propia de los gráficos.

Gracias a L. Van Wunnik por la ayuda.

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