domingo, 15 de enero de 2012

Egipto revolucionario, acto segundo

Parece que hayan pasado muchos años desde que la revolución egipcia comenzase y, como era de esperar, la noticia ya ha salido de los titulares y apenas se encuentran novedades o noticias sobre el estado de avance. Pero la realidad es que Egipto sigue en plena convulsión política y su nueva cúpula dirigente continua estancando la transición que tanto requiere la población…

Egypt

No se llegaron a cumplir las peores expectativas en Egipto. Hosni Mubarak fue destituido de su cargo y un brío de esperanza amanecía en el país de las pirámides y las esfinges. Pero tampoco hay que ser inocente y la junta militar, encargada de gobernar Egipto encaminándolo hacia un estado democrático, no ha llevado a cabo sus obligaciones con la presteza o transparencia que se le requerían. La población egipcia ha visto en la lentitud del progreso de la cúpula miliar un acto de continuismo más que de ruptura y una vez más, los manifestantes no han dudado en salir a la calle.

Pero no hay que desesperar o tirar la toalla. En la historia, los ejemplos de la revolución Británica, la Revolución Francesa, la Revuelta Bolchevique o la transformación de Algeria nos demuestran que es necesario tiempo para aplicar un cambio de tal magnitud en un país.

En un país de cuya fuerza social debería aprender Europa (y Estados Unidos, e incluso China), están ocurriendo una serie de movimientos sociales que no son fáciles de entender ni de ver por la dificultad de los medios a acceder al punto central de Egipto. ¿Qué ocurre para que, incluso con Mubarak arrestado y en proceso, sigan existiendo manifestaciones y altercados violentos en Egipto? Algunos factores intervienen, como verán a continuación.

 

Egipto en algunos datos

Egipto presenta un Indicador de Desarrollo Humano (IDH) de 0,664, considerado como un valor del desarrollo humano medio. Este valor sitúa al país en la posición 113 del mundo.

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De la tabla anterior se pueden extraer ciertas conclusiones referentes a Egipto. Como se puede comprobar, el IDH recalculado sin tener en cuenta el efecto puramente económico es prácticamente igual de lo que se deduce que a nivel nacional, la economía está ajustada a la situación social. La evolución desde 1980 es igualmente notable puesto que supone un aumento anual del 1,50%. El problema demográfico principal reside en la desigualdad económica del país. Si bien no supone la peor nota de los países de la región ni de los países con IDH semejante, se puede comprobar la brutal caída del IDH estándar con el IDH ajustado a los niveles de desigualdad en Egipto. El peso de la desigualdad en Egipto es todavía una losa muy importante para el Estado…

Tras esta primera aproximación al Egipto de 2011, que convendrá comparar a nivel estadístico con el Egipto de 2012 o incluso 2013, es más coherente comenzar a analizar esta segunda etapa de la revolución egipcia. Cabe notar que, como telón de fondo, Egipto todavía requiere de un avance profundo en materia social.

 

Caída del Presidente Mubarak y reticencia al cambio

En primer lugar, es importante conocer la cronología de los hechos desde la caída del actualmente ex-presidente de Egipto, Hosni Mubarak. El primer hecho fue la colocación de una junta militar que se comprometió a gestionar el cambio. Pero los avances fueron lentos e inaccesibles (si es que los hubo) y además Mubarak fue detenido y juzgado. Juicio contra el que la junta militar de transición se oponía y se sigue oponiendo.

La revolución de la calle impuso la disolución del Partido Nacional Democrático (PND – partido de Mubarak) y la formación de una nueva cúpula directiva, elegida por la población y no por el gobierno, para el sindicato oficial de Egipto. Pero claro está, los estratos sociales más pudientes se oponían a un cambio que podría hacerles perder parte del poder de influencia y económico. El caso más claro está en los Medias del Estado: el canal oficial del Estado para transmitir información, ha recibido tan solo leves reformas de índole burocrática y el apoyo/control del gobierno de transición militar sigue controlando el canal.

Para entender el motivo de estas trabas al avance, no es necesario recurrir a un análisis sociológico profundo. Todos los ejemplos de la historia y la propia naturaleza humana permiten concluir que la resistencia al cambio, el miedo a lo nuevo y el deseo, por parte de las clases favorecidas antaño por Mubarak, a mantener su status quo de bienestar son procesos y mentalidades que confluyen en Egipto para dificultar el cambio.

Según el periódico “The Arabist”, éste es el panorama actual:

 

Presión social para una oposición más fuerte

Por otro lado, las masas sociales optan por aprovechar la oportunidad política para optar a un cambio, o bien, cuanto menos, promover una presión opositora más sólida.

Un ejemplo claro lo encontramos en las elecciones ocurridas en los sindicatos profesionales. Dichas elecciones han provocado unos cambios profundos en las organizaciones que disponen de un peso real en la sociedad. Sindicato de médicos, profesorado, periodistas y abogados han cambiado de manos y ya no están bajo el yugo de los Hermanos Musulmanes. Esta organización, pese a intentar ciertos reversos en pro de la sociedad (en general muy relativos…) lo que es importante denotar es la alta participación social en dichos escrutinios y de la cual se deduce una fuerte voluntad por parte de los votantes para dotar de un poder combativo a los grupos sindicales en cuestión.

Esta actividad, como las huelgas y las movilizaciones locales contra los dirigentes locales, contra la corrupción o contra los máximos mandatarios del antiguo régimen no eran espectaculares y se vieron fuertemente disimuladas por el juego político y los largos debates entre partidos y fuerzas armadas sobre el calendario electoral, el contenido constitucional, etc.

Otro aspecto a tener en cuenta es el comportamiento del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA). Éste no se ha suavizado en demasía de los cambios geopolíticos en Egipto. Es más, siguen la represión contra los opositores, arrestos arbitrarios, maltratos, torturas, uso de tribunales militares para juzgar a civiles… Esta manera de actuar ha desacreditado completamente el CSFA a ojos de la juventud intelectual movilizada desde el 25 de Enero y de las diferentes capas sociales. Un gobierno sin credibilidad. Es interesante resaltar el caso del blogger Alaa Abdel Fattah, detenido por razones absurdas y que logró dejar atónita a la población tras publicar un artículo en el que describía la terrible situación de sus compañeros de celda, a menudo jóvenes procedentes de clases populares sin medios para protegerse. La represión de los coptos en Octubre y de los manifestantes de Tahrir el Viernes 18 de Noviembre son otros ejemplos del sentimiento social en Egipto.

 

Tahir, metáfora de Egipto

Manifestantes cerca del Ministerio del Interior, en El CairoEsta plaza es la metáfora más evidente de la ruptura entre quienes representaban al pueblo egipcio hasta la fecha, los Hermanos Musulmanes, y el propio pueblo.

En la plaza se colocaron, durante días, hospitales de guerra para atender a los heridos de ambos bandos. Por un lado los revolucionarios y por otro la policía militar del CSFA. Objetivo para la población: eliminar el régimen militar de transición pero siempre con la falta de acuerdo para definir las fechas y objetivos de unas elecciones parlamentarias y presidenciales.

Por otro lado, hay un gran ausente en estas trifulcas: los Hermanos Musulmanes cuyo grupo parlamentario se ve ganador de las elecciones presidenciales y, por el momento, han decidido dar la espalda a la población y apoyar el gobierno militar. ¿Podría ser un buen paso para apoyar la transición? Podría de no ser por el hecho de que la juventud ha asociado éste acto, no por el bien del país si no al interés por el poder. Derivada de su estrategia de inmovilismo, se extrae su actitud de juego a doble banda: su único temor es una prolongación indefinida del CSFA en el poder justificada por la violencia callejera y por ello, se sospecha de la infiltración de agentes de los Hermanos Musulmanes para frenar la violencia. Además, mientras critican el “mubarakismo” y el régimen de transición, se muestran dispuestos a pactar con ellos o con los representantes de Mubarak que se presentan de forma independiente. Finalmente, mientras que condenan la represión policial, no comparten los objetivos de los manifestantes egipcios…

 

Lo que espera en Egipto

Todavía es difícil augurar con precisión lo que ocurrirá en Egipto a medio plazo pero una cosa sí que es segura: la población Egipcia no busca su nuevo faraón como publicaba recientemente la editorial de la publicación francesa “Le Figaro”. Por el momento el CSFA ha prometido ciertas concesiones imposibles en la era Mubarak: promesa de elecciones antes de Julio 2012, dimisión posterior del gobierno y apertura de investigaciones sobre la represión.

Por otro lado, la organización Hermanos Musulmanes parece un tanto perdida y presenta dificultades para representar al pueblo. Pueblo que por su parte no cesa de exigirle más y más oposición al gobierno demostrando su ansia combativa.

El objetivo de este artículo no era el de sentar las bases para el futuro si no observar cuales son las razones por las que, una zona tan prometedora y llena de nuevas ideas no acaba de despegar en su vuelo hacia la democracia, o al menos, hacia un sistema menos despótico. Y parece que todavía hay un gran espacio para la esperanza. La población sigue comprometida y no pierde la esperanza de un cambio, todavía más: se expone en manifestaciones.

Por nuestro lado, y como viene siendo corriente en los últimos acontecimientos, la Unión Europea mantiene un silencio sepulcral íntimamente ligado a la espera de un gobierno estable para poder al fin tender puentes y pronunciarse. ¿Hipocresía?, ¿cobardía?, ¿miedo? Que cada uno juzgue…

 

Fuentes:

Le Monde Diplomatique – Révolution egyptienne, acte II - http://blog.mondediplo.net/2011-11-23-Revolution-egyptienne-acte-II

El País – edición digital (http://www.elpais.com/articulo/internacional/protesta/continua/pese/pacto/Hermanos/Musulmanes/militares/elpepiint/20111124elpepiint_4/Tes, http://blogs.elpais.com/aguas-internacionales/2011/11/occidente-se-queda-sin-cartas-en-egipto.html, http://blogs.elpais.com/lluis_bassets/2011/11/solo-es-el-comienzo.html)

 

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