En Copenhaque ha tenido lugar la última decisión oficial del comité olímpico (COI). Este organismo, encargado de mantener, gestionar y prolongar en la historia los Juegos Olímpicos. En este artículo me gustaría tan solo emitir mi humilde crítica sobre lo que está ocurriendo en este Comité y en todo lo que lo envuelve.
Las últimas elecciones de sedes olímpicas han demostrado ser una cosa muy distinta a la que se querría aspirar. Las olimpiadas son en su versión moderna del siglo XX y XXI, un ejemplo de unión y esfuerzo colectivo sabiamente aplicado a la victoria personal. No obstante, ¿qué es lo que se ve en las sedes?. Al mas puro estilo Eurovisión, se “eliminan” ciudades candidatas como si de un concurso se tratase. De hecho lo es, pero algo que va a requerir de una inversión monstruosa, que va a dejar en un segundo plano los problemas cotidianos (y mas serios) y que se distingue de temas mediáticos no debería eliminar ciudades al mas puro estilo 50x15. Este aspecto incumbe directamente al Comité Olímpico Internacional por llevar a cabo una gestión pésima de los recursos económicos y una presentación mal diseñada de una campaña de elección de ciudades.
Por otro lado, querría hacer hincapié en el otro bando, y es que Rio de Janeiro ha superado a Chicago y Madrid en unas circunstancias un tanto extrañas. En el caso de Madrid, una ciudad que pertenece a la Unión Europea y que presentaba el proyecto más serio y más avanzado se quedó atrás en el patético concurso olímpico frente a Rio de Janeiro. Las olimpiadas son la semilla del progreso dicen algunos… Puede que sí en circunstancias concretas pero no debería haber una ley no escrita que impida repetir continente (puede parecer absurdo pero así es). Se omiten datos objetivos como son las inversiones desempeñadas, la capacidad de gestión de eventos de tal magnitud y histórico de acontecimientos semejantes para dar prioridad a la versión “flower power” de las olimpidas: que todo el mundo disfrute de ellas. Y tanto disfrutaron los habitantes de Pekin… Los niveles de contaminación vuelven a ser como los pre-olímpicos, los problemas olvidados durante el mes olímpico han resurgido: delincuencia, tráfico de armas y ropa, opresión gubernamental… Lo mismo ocurrió en los juegos olímpicos de Alemania en 1936: darle las olimpiadas a un país fascista no sirvió para que dejara de serlo.
Los juegos olímpicos no son ninguna medicina contra la pobreza, totalmente al contrario son una tapadera de los problemas. Cuando todas las televisiones del mundo filman estadios monumentales, canales con sistemas de última generación para mantener el agua a cierto nivel, piscinas cubiertas con techos de material fotovoltaico uno queda tan iluminado que las manchas negras dejan de verse. Pasó en China, pasó en Atenas, en Moscú y con toda probabilidad pasará en Rio de Janerio: el turismo sexual, el turismo de alcohol, la marginalización, el tráfico de drogas que vicia el país… dejarán de verse durante un mes pero cuando el séquito olímpico se vaya, resurgirán los problemas de siempre.
Organizar los Juegos Olímpicos debería verse quizá como una responsabilidad en lugar de considerarlo como un bote de lotería (dinero fácil) para uso exclusivo publicitario. Al presidente Lula (cuya labor al frente del país tiene muchos claros y pocos oscuros, todo sea dicho) pareció haberle tocado la lotería cuando oyó el veredicto final. Y por eso, me gustaría remarcar que ser pobre no debería ser una ventaja a la hora de que Miss Olimpiada Caritativa decida dar (señalando con dedo) un premio de lotería que hará las delicias de agencias turísticas hacia Rio, compañías aéreas con dicho destino y multitud de otros parásitos que con total certeza habrán hecho valer su parcela de poder para, por supuesto sin quererlo, decantar la balanza hacia Rio de Janerio. Por no mencionar las relaciones de amiguismo entre votantes…
Quede claro que doy la enhorabuena a todos los ciudadanos de Río de Janeiro. Disfrutarán de un acontecimiento inolvidable que probablemente como personas se merecen. Pero también les advierto que no será la curación de sus males, ni tan solo la semilla al futuro porqué como todo evento basado únicamente en la mediatización y la publicidad (valores como la superación y la ayudad quedan atrás ya en el temario del COI) la fama es efímera y pasajera.
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