domingo, 22 de mayo de 2011

Toma de consciencia, vislumbrar tiempos mejores

Al parecer estamos asistiendo a tiempos de cambios, tiempos turbulentos en muchos sentidos. Las guerras de Afganistán e Irak parecen estar entrando en su declive definitivo (lo cual no significa que todavía no queden años de combates), el mundo musulmán Mediterráneo se está levantando en pro de los derechos democráticos y las sociedades europeas parecen estar despertando de un letargo de varios años.

La nota negativa la ponen los gobiernos occidentales. Concretamente el caso europeo es digno de mención: las recientes medidas que a día de hoy se mantienen en simples propuestas permiten vislumbrar una Europa dividida, enfadada con sigo misma y con todo lo que le rodea y dispuesta a culpar a todo lo necesario con tal de mantener el mismo sistema hipócrita y falso que había hasta la fecha. Crecimiento económico, bancos e inversiones son la tríada que prima tanto en gobiernos como en partidos opositores. Y lo peor de todo es que dicha tríada prima por encima del progreso social, los derechos humanos y la sostenibilidad en tiempos de crisis. Tiempos en los que las personas más protección requieren.

¿Qué está ocurriendo en occidente que ha llevado a la población española a mostrar su enfado espontáneamente tras años sin hacerlo? Pero el caso de España viene detrás del de Islandia y éste, a su vez sigue la revuelta Árabe que si bien no busca los culpables de la crisis económica como en los dos primeros casos, sí que desea luchar por los derechos humanos. ¿Existen paralelismos entre las revueltas árabes y europeas?, ¿Qué se esconde realmente detrás de las manifestaciones y revueltas?

 

Manifestaciones por un sistema mejor

democraciaEl objetivo es simple de enunciar y mucho más difícil de llevar a cabo: la manifestación denominada como 15-M solicita una reforma profunda del sistema electoral en España y por tanto una reestructuración del conjunto democrático nacional. Esta manifestación, convertida en acampada a los pocos días de su gestación, topa con la aparente negativa de los gobiernos autonómico y general transformada en reuniones de emergencia y algunas incursiones policiales para desalojar la Plaza del Sol madrileña.

Los congregados en la manifestación principal (en Sevilla, Granada, Barcelona y Valencia también se están dando reuniones de la misma índole que además se han exportado a ciudades europeas e incluso hasta Ciudad de Méjico, dándole a la insurrección un cáliz mucho más global) se encuentran todo tipo de personas que van desde trabajadores de todas las edades a estudiantes de diversas carreras que pedían el voto en blanco o bien el voto a la izquierda más extrema en las elecciones de éste fin de semana. Todo en medio de un clima de debate libre que ha roto con el estereotipo de juventud entregada al alcohol y a la juerga consumista fácil.

Y es que la situación social en España es realmente crítica y ninguno de los partidos mayoritarios (PSOE, PP, IU, PNV, CiU…) parece mostrar intenciones reales de llevar a cabo una política de defensa social, su discurso político lleva desencantando a las masas más desfavorecidas desde hace años hasta el punto de convertirlos en incapaces de atraer nuevos votantes y transmitiendo una sensación de que poco a poco se están vulnerando y destruyendo todos los derechos sociales que se lograron antaño en favor de una clase elitista y al mando del poder económico. Inclusión de personas imputadas por la ley en listas políticas que luego son jadeadas en público o inexistencia de turnos de preguntas en las ruedas de prensa son algunos otros elementos que continúan agotando la paciencia de las personas que están en la calle. Todo ello ligado a un paro juvenil cercano al 40%, salarios a la baja y precios al alza…

 

¿Qué camino tomar de ahora en adelante?

Lo que está ocurriendo en Madrid notablemente y de forma embrionaria (a día de redacción) en Barcelona representa ni más ni menos la puntilla, la gota que va a colmar el vaso de la credibilidad política socialista. En efecto, sea de quien sea realmente “la culpa” y sea quien sea el causante de la manifestación, ésta ha firmado la sentencia de la crónica de una muerte anunciada, la del PSOE. Ahora bien, el camino que está tomando la sociedad occidental de cara al futuro tiene dos vertientes: la cara más social como la que se está viendo en España, en Islandia y en gran parte del mundo Árabe y la cara más reaccionaria como la que se está viendo en los estados europeos del norte en los que las medidas racistas, autárquicas y egocéntricas están tomando mayor relevancia.

Los ejemplos de estados como Francia, Alemania o Dinamarca que piden la suspensión del espacio Schengen, la reapertura de las fronteras bajo la definición clásica, el control exhaustivo de la inmigración, muestran reticencia a apoyar el rescate de países vecinos (países que durante años se han dejado expoliar por los fondos de inversión agresivos extranjeros) y en los que la extrema derecha lleva ciertos años coqueteando con el poder demuestran uno de los senderos que una sociedad puede tomar en tiempos de crisis. La cara más oscura de esta opción todavía está por llegar y se alcanzará éste punto cuando Europa se desmiembre, los intereses personales tomen todavía más relevancia de la que ya tienen y tengamos que volver a enseñar el pasaporte ara pasar de un país al otro… En definitiva, ridículo.

Por no hablar de que la chulería de algunos países del norte para declararse superiores a Portugal o Grecia quedará en poco el día en que (si llega) dichos países dejen de formar parte de Europa. Dinamarca por sí sola tiene un peso geopolítico, económico y diplomático nulo en un mundo controlado por Estados Unidos y China. En otras palabras, si Europa se deshace, sus componentes sufrirán graves tiempos de penuria y parece difícil creer que la clase política no se de cuenta de que el camino de la separación es inverosímil para sus propios intereses.

En contrapartida, una forma de ver la cosas mucho más positiva es la que se está viendo en Islandia, España, Túnez, Egipto, Siria… En el caso de los países europeos, la revuelta por una lucha de los derechos sociales representa una visión más realista de lo que significa Europa. Y la palabra realista es la que mejor encaja, mucho más que idealista, puesto que una Europa dividida carece completamente de sentido social, político y económico. De todos modos, pese a ser tildados de contrasistema o antisistema, la manifestación en cuestión es una consecuencia de la ceguera de los partidos políticos que no han sabido ver que las personas no iban a aceptar pagar con sus derechos sociales las osadías de otras personas.

 

Las consecuencias geopolíticas de la lucha por los derechos sociales

madrid-15-mEn definitiva, al parecer hay personas que no se percatan que si Europa se divide, su peso en el mundo se divide también. ¿Qué sentido tiene optar por el camino de la autarquía, la soledad y las fronteras en Europa? Crispación social, pérdida de influencia geopolítica, devaluación del valor de todas las monedas, subida de los precios, fomento del racismo… Poca cosa hay positiva en esta lista.

No obstante, el modelo de Europa unida, reporta muchos otros beneficios. En primer lugar, se mantiene a la Unión Europea como el mejor defensor de los derechos sociales en el mundo en frente de China y Estados Unidos (que abogan por un modelo mucho más capitalista pero que disponen de realidades socio-económicas radicalmente diferenciadas entre ellas y entre el caso europeo). En segundo lugar y concretamente en línea con la opinión de las manifestaciones de Madrid-Puerta del Sol, se exige cambiar de objetivo: la culpa del estado en el que nos encontramos no es de la sociedad, ni de la inmigración. La culpa es en primera instancia, de todos los agentes económicos de los diversos países europeos y en segunda instancia de los gobernantes por haber cedido tan fácilmente a las exigencias de grupos y consorcios macrocapitalistas.

La presidenta Ángela Merkel no parecía tan reticente a plagar Grecia con capital alemán cuando según ciertos “expertos” éste país aseguraba altos intereses por euro invertido. Nicolás Sarkozy aboga por un paréntesis temporal en el tratado Schengen pero su “amada Francia” quedaría seriamente coja si detuviese su modelo integrador. Islandia, declarada en bancarrota, estaba rellena de fondos especulativos británicos y holandeses…  Y así multitud de otros ejemplos que demuestran que quien ha gobernado durante los últimos 30 años en Occidente era la economía.

Un modelo unificador, europeo y principalmente social como el que se está solicitando desde las calles de España e Islandia o un modelo simplemente unificador y social como el que se exige en parte del mundo Árabe es la vía del futuro para la inmensa sociedad. Evidentemente, algunas personas que hoy en día disponen de poder y capital infinitos saldrán “malparadas” al perder parte de su tan estimada influencia pero una sociedad democrática no puede verse amputada de su bien más preciado: los derechos sociales sólidos y globales. Que un gobierno socialista imponga la deuda de la especulación, los excesos financieros y la incapacidad de los bancos a la sociedad en forma de recortes sociales es intolerable. ¿Anti-sistema? Es una palabra muy mal empleada pero en todo caso, es el resultado de lo que los partidos políticos, peleándose como niños de corta edad mental día tras día, han buscado durante los últimos diez años en España y concretamente en esta última crisis.

Defensa de un modelo social, integrador, económicamente sostenible (¡sí! un modelo social puede ser capitalista y asegurar un crecimiento que además podría ser mucho menos especulador y mucho más fiable a largo plazo) es el objetivo de lo que parece la germinación de un espíritu crítico en España. Tras estas elecciones lo más probable es que el movimiento se aletargue y se adormezca pero no hay que olvidar que éstas elecciones son autonómicas, es decir que el objetivo está irremediablemente puesto en las elecciones generales. Pese al apagón que sufrirán estas manifestaciones tras el 22-M, si no se vislumbra un cambio certero y realista hasta las generales, la explosión entonces puede ser mucho mayor.

España despierta, Islandia ya ha empezado y el mundo Árabe se está debatiendo por ello. Que bella es la primavera.

 

Fuentes:

Diario El País (edición digital. www.elpais.com)

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