No debemos olvidar que en Afganistán, los asuntos diplomáticos y civiles podrían estar tomando mayor relevancia, evidentemente poco a poco, respecto a las escaramuzas y combates militares. Hoy, 18 de Septiembre de 2011 el pueblo afgano elige su Parlamento Nacional. Primer paso ineludible para encauzar el final de la guerra, este hecho cada día más claro y realista podría marcar el declive del conjunto talibán y de sus actividades.
No obstante, mientras que sobre el terreno el conflicto se está enquistando para las tropas occidentales y todo parece indicar que el final de la guerra pasa por la progresiva cesión de poder al pueblo afgano, el gobierno norteamericano acaba de fijar una partida de 59 millones de dólares suplementarios para la guerra en Afganistán. Aún así, la administración Obama es consciente de que poco resta por hacer y cada día que pasa el peso de una nueva baja norteamericana se hace más insoportable en Estados Unidos. Pero si bien la situación americana es relativamente clara y sus asuntos turbios han sido desvelados por Wikileaks, conviene preguntarse por el otro costado del conflicto.
¿Cómo es posible que con la baja del líder de Al-Qaeda, el debilitamiento internacional, la falta de apoyos en los países circundantes y la desventaja bélica, el conjunto talibán continúe con una ventaja económica sustancial? O bien, en otras palabras, ¿cómo se están financiando los talibanes? Tomar consciencia de los posibles cauces de entrada de capital talibanes podría suponer una ventaja esencial para Estados Unidos y precipitar el final de una guerra si éstos cauces (de los que dicho sea de paso, poco ha investigado Wikileaks) fuesen cortados…
Origen y evolución de los talibanes
Los Talibán (de la palabra “estudiantes” – del Corán – en el idioma pashto) son un grupo musulmán de ideología islamista y extremista. Alcanzaron el gobierno de Afganistán en 1994 y fueron expulsados por Estados Unidos, Reino Unido y España en 2001 tras el inicio de la guerra en el país afgano. Desde entonces han optado por la insurrección islámica en el seno del país mediante atentados, asesinatos selectivos y secuestros. Implicados tanto en la guerra civil afgana, como en la guerra internacional en el mismo país además de atentar en Waziristán y tener redes políticas en Uzbekistán, Turkmenistán, Pakistán, el conjunto Talibán tiene su principal representación política y militar en su brazo político-armado Al-Qaeda. Durante los últimos años, su número de efectivos sufrió una disminución de 45.000 a 11.000 en 2008 para recuperar personas en sus filas hasta 2010 según el estado mayor de Estados Unidos.
Pero los orígenes talibanes se remontan al final del siglo XIX según algunas fuentes, época en la que soldados británicos y guerreros afganos que se enfrentaban en la segunda guerra anglo-afgana percibieron a grupos hasta la fecha desconocidos con turbantes negros caracterizados por asaltar a los soldados británicos para degollares en lugar de emplear el fuego a distancia. El bando afgano calificó estos soldados como “talibanes”. Poco más se supo de ellos hasta que en 1994 el Mullah Omar congregó a un grupo de personas para armarlas y lanzar una ofensiva para tomar el poder de Afganistán a través del secuestro y el terror (violaciones de menores, sodomizaciones de mujeres, hombres y niños, asesinatos selectivos, robo de arsenales…). Esta nueva generación liderada por Omar, se considera la segunda generación talibán tras la guerra entre Rusia y Afganistán. De hecho, en 1979 estalló el conflicto entre ambos países y los soldados muyahidines afganos recibieron el apoyo norteamericano. Tras el final de la guerra, occidente retiró el apoyo y la desfragmentación de la Unión Soviética precipitó la desestabilización del país colindante. Una guerra civil estallaba en 1992 en Afganistán y los ejércitos de Massud llegaron a controlar Kabul asestando un golpe durísimo a las tribus pastún que por primera vez en tres siglos perdían el control de la capital y eran marginados al sur del país. Estos ex-muyahidín se reagruparon poco a poco formando lo que desde 1994 se pasó a llamar el grupo talibán.
Están compuestos mayoritariamente por una unión de minorías procedentes de tribus pastunes pero cuentan con el apoyo de voluntarios uzbekos, tayikos, punjabi, árabes y chechenos. Liderados por el Mullah Mohammed Omar disponen en la actualidad de cierta aceptación en las regiones fronterizas entre Afganistán y Pakistán.
El caso de Mohammad Shah
Pero el asunto que nos interesa hoy son los diferentes métodos de financiación talibán. Para ello, el caso ilustrativo de Hajji Mohammad Shah sirve de ejemplo. M. Shah es un constructor afgano que en 2010 inicia las obras de construcción de una carretera en las inmediaciones de Kunduz (al norte de Afganistán) cuyo principal objetivo era el paso de agricultores que requerían de mejores medios para ir a vender sus productos a la capital del distrito. El coste, cercano a los 64.000 € fue costeado por el Banco Asiático para Desarrollo.
Ya en los inicios de las obras, un individuo talibán se personó solicitando un impuesto para el consejo de los ancianos del distrito y M. Shah concedió 13.900 € para evitar la destrucción de la obra. Un mes después se presentó un segundo emisario al cual Hajji Mohammad también pagó. Una semana después llegó un tercer talibán al cual no se le pudo pagar por falta de fondos. En Marzo de 2010, cuando M. Shah, jefe de la obra, llegaba de desayunar, se encontró con sus obreros secuestrados y con diez máquinas destruidas. Coste de las pérdidas: 176.000 €.
El gobernador de Kunduz se muestra incapaz de frenar la influencia talibán y asegura que “los talibanes hacen lo que quieren aquí. Matan, torturan, engañan a placer” y reconoce que existe un llamado “gobernador en la sombra”, colocado por el grupo talibán y que gestiona las actividades talibanes en la región de Kunduz, gobernador que extorsiona a todo constructor de la región (carreteras, puentes y también colegios y clínicas) dejando entrever una extraña relación: cuanto más se reconstruye Afganistán, más se enriquece a los talibanes.
La financiación Talibán: medios y medidas
Los informes de la CIA, las encuestas periodísticas y las entrevistas con líderes afganos conllevan siempre a la misma respuesta cuando se cuestiona por la financiación del Mullah Omar: opio. Bien es sabido que el tráfico de drogas supone una fuente de ingresos estable para el conjunto talibán que lleva en el negocio desde la época del conflicto afgano-soviético (1979). No obstante, según el UNODOC, en 2009 el tráfico de drogas representaba entre el 10% al 15% del total de ingresos talibanes. ¿De donde procede el resto del capital?
Fuentes diplomáticas oficiales (notablemente la embajada norteamericana en Kabul) confirman que la mayoría de los ingresos de los talibanes son succionados desde el interior del país y no dependen del tráfico de drogas. De hecho, las investigaciones del Afghan Threat Finance Cell desconoce cómo el opio de la región de Helmond se redistribuye por los talibanes a las zonas más pobres de Afganistán pero son conscientes de que gran parte del dinero entrante procede de Organizaciones No Gubernamentales falsas que reservan fondos para talibanes, de secuestros, extorsión y a partir del contrabando tanto de madera de cedro como de mineral de cromo hacia la frontera de Pakistán.
Por otro lado, es necesario recordar el funcionamiento logístico del ejército norteamericano. De hecho, los suministros y la repartición de material hacia las cerca de 200 bases estadounidenses se lleva a cabo por una joint venture subcontratada por el gobierno americano conocida como Host Nation Trucking. Estados Unidos firmó un acuerdo por valor de 1.600 millones de euros, o lo que es lo mismo, el 16,6% del PIB afgano en 2009. Sobre este hecho, muchos oficiales de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a Afganistán) opinan que los pagos al contingente talibán son más que probables al ser prácticamente el único medio para que los camiones militares lleguen a sus destinos sin sufrir atentados.
Asimismo, muchos constructores afganos recurren a la misma solución al contratar una seguridad bien curiosa: mitad soldados de uniforme afganos, mitad talibanes. El salario exigido por los soldados talibanes asegura la tranquilidad de las obras y además es menor que el de los soldados afganos…
La economía en todo este embrollo
A todo ello se debe añadir el factor de las divisas y la economía. En Afganistán existe un mercado de divisas paralelo al que llevan a cabo los bancos estatales y que se concentra en Kabul. El apoyo en forma de divisas que llega a través de Pakistán y Dubái desde el Golfo Pérsico pasa por un mercado de divisas legal y mayoritario implantado desde el siglo VIII. Además, el 96% de la población afgana confía más en este intercambio que en el que se lleva a cabo en los bancos.
Y es que el mercado de intercambiadores de monedas Sarai Shahzada es una reunión social en las que las personas intercambian fajos de billetes que son recibidos, enviados o intercambiados basándose únicamente en la confianza del emisor y del receptor. Dólares, rupias o yuanes esperan a ser recogidos o cambiados en medio del suelo. Permiten enviar en cuestión de horas y a un precio minúsculo, miles de dólares que son transferidos por un canal totalmente legal y a través de compañías aéreas a cualquier punto del mundo. Se estima que cerca de 4 millones de dólares transitan diariamente por este mercado financiero (en el sentido literal, y físico de la palabra).
La delegación del gobierno y el gobierno de Hamid Karzai en sí intentan escudriñar los recovecos del Sarai Shahzada para intentar obtener estimaciones oficiales, oficiosas y sobre todo fiables pero la mayoría de los mercados son, según el Sr. Akhtary (asociado a la Unidad de Inteligencia Fianciera) totalmente inaccesibles. El mercado de Kandahar que sería el segundo más activo del país, es inaccesible para los inspectores y espías por falta de seguridad. Mustafa Masudi, líder de la UIF, confirma que el capital intercambiado aparece pocos días después en las zonas tribales de Pakistán, se traslada a Peshawar lugar donde luego son depositados en Kabul, intercambiados por dólares y destinados a las colinas controladas por el conjunto talibán. Todo ello con total legalidad. Aún así, el general Mohammed Asif Jabbar Kheel lidera un movimiento entre los militares que critica el beneplácito con el que la ley observa todo esto: en Afganistán es totalmente legal despegar con un jet privado y con un millón de dólares a bordo.
En 2009, el ejército filtró una lista con diez personas que se encargan de estas transferencias internacionales. Uno llevó en total 365 millones de dólares, el otro 69 millones de dólares… Son siempre los mismos y las cantidades son monstruosas.
Financiación talibán, enquistar el problema afgano
Todo este dinero movido por vía internacional no es ilegal ni pertenece en su integridad a los talibanes. Una parte es legal, otra pertenece a los desvíos que oficiales del ejército y la policía llevan a cabo para sí mismos, otra parte está ligada al tráfico de drogas (que dista mucho de estar totalmente controlado por los talibanes). Y parte de él sí que pertenece a la insurgencia talibán.
Esto demuestra principalmente dos cosas. La primera es la incapacidad del gobierno establecido para controlar el capital que atraviesa sus fronteras de forma legal e ilegal. El ejemplo más evidente de este hecho es que el general al mando de las aduanas, Said Mubin Shah no puede acceder a ciertos puntos fronterizos por falta de seguridad bajo riesgo de ser atacado por… Su propia policía. De hecho, los encargados de cada puesto fronterizo actúan por su propia cuenta y para colmo, Said Mubin prefiere la escolta de señores de la guerra talibanes que la de la policía que él dirige.
El segundo hecho radica en el círculo vicioso en el que Afganistán está inmerso. Las ramas de financiación de la insurgencia talibán son muy extensas y en ningún caso centralizadas en un único negocio: chantaje, secuestros, extorsión, terrorismo y droga son las principales vertientes de las raíces talibanes. Y por éste motivo, gran parte del dinero que se destina a Afganistán bajo cualquier pretexto y en las circunstancias de tribalismo, impotencia gubernamental y libertad de capital que forman el status quo afgano, pasa bajo control de los talibanes. Su objetivo no se acerca ni por asomo a la fe musulmana si no que buscan el poder y el dinero para asentarse en la zona dejando la religión como un pretexto para lograr más adeptos.
En Afganistán, las empresas de transporte se quejan a los militares americanos por el trato de extorsión que reciben por parte de los señores de la guerra talibanes. Las tropas occidentales no saben cómo detener esta fuerza talibán tan bien fusionada a la sociedad, y ésta a su vez reaviva su control en la región extendiendo su zona de influencia. ¿Quién hay detrás de todo? Es decir ¿quién tiene el poder de asegurar la tranquilidad? Parece ser que en algunas regiones se trata de los talibanes pero en otras bien podría ser la policía o el ejército o quizás los talibanes una vez más… Conclusión, el país se aboca a quien mejores resultados ofrece: las milicias insurgentes talibanes.
El problema talibán se está tornando una prioridad cuando se habla del futuro de Afganistán. Bien es cierto que éste pasa por la retirada de tropas norteamericanas (de forma irremediable) pero he aquí el que quizá es el argumento más importante para optar por una retirada progresiva de las tropas de Estados Unidos. Una escapada inmediata de los soldados occidentales supondría un riesgo gigantesco de guerra civil para un pueblo ya suficientemente atacado y que requiere de un plan certero para lograr que durante los próximos cinco años se cumplan dos objetivos principales: la retirada de las tropas americanas y la anulación de la influencia talibán en la región. Lo esencial en primer lugar es el control del capital que circula por las fronteras y la detención del tráfico de drogas.
Fuentes:
Le Monde Diplomatique (edición digital francesa - http://www.monde-diplomatique.fr)
Informes del gobierno de Estados Unidos (http://usgovinfo.about.com/library/weekly/aa092801a.htm)
The Times (edición digital - http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/afghanistan/article7047321.ece)
Nodo50 (edición digital - http://www.nodo50.org/observatorio/taliban.htm)
Discurso del periodista Robert Fisk en Seattle (2008 - http://www.youtube.com/watch?v=RfQYhU1IfbQ)
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