¿Qué ocurre cuando se mezclan los recuerdos de otras épocas con una banda sonora actual distorsionada? La respuesta la tiene este quinteto de Nueva York. Llamados The Pains of Being Pure at Heart en honor a una serie de dibujos animados no publicada editada por un amigo del líder de la banda, este grupo lleva un tiempo revolucionando algo que muchos creyeron muerto: la distorsión. Kip Berman, Kurt Feldman, Alex Naidus, Peggy Wang y Christoph Hochheim forman esta grupo que, esperemos, parece tener un gran porvenir.
Inspirados directamente por bandas como My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain, Ride, Slowdive o Mazzy Star (que ya de por sí no es poca cosa) este grupo de Brooklyn quiere (y logra) resucitar al lejano shoegazing con un toque renovado, elegante e irremediablemente atractivo. Actualmente están de gira mundial presentando su segundo album: “Belong”. Una recomendación más que recomendable para disfrutar de buena música. Aterrizaron hace unos años con una lápida antiestética y mortuoria: jóvenes haciendo ruido intentando imitar a sus héroes musicales. Pero sus dos álbumes publicados hasta la fecha les han convertido en un grupo innovador, más grande y con una nueva dimensión añadida a la banda desde su última publicación. Vale la pena conocerlos.
Inicios iniciales: The Pains EP y The pains LP
The Pains Of Being Pure at Heart comenzaron su andadura con el larga duración (EP) de título homónimo allá por 2007. En aquel año, y pese a ser editado por ellos mismos, empezaron a forjarse la fama de grupo noise pop con fuertes connotaciones de shoegazing de finales de los años ‘80. Con la colaboración de la distribuidora Painbow, la banda comenzó su andadura por Nueva York.
En 2009 publicaron su segundo EP: Higher than Stars y la fama internacional llegó. Hasta tal punto que su primer álbum, el Pains of Being Pure at Heart (versión LP) se tradujo en una gira mundial de presentación que en España les llevó de paso por el Primavera Sound. La fama les llegó y las preguntas que el público se planteaba: ¿Se creen realmente puros?, ¿están pidiéndonos de volver a las posturas más emocionales y complejas de cuando éramos bachilleres frikis de la música y enamorados de una cheerleader?, o quizá ¿están haciendo una apuesta irónica sobre la música llamada “indie-pop” al acuñar un nombre estereotipado?.
Es recomendable escuchar Gentle Sons para salir de dudas: ninguna de las anteriores si no más bien un retorno al espectro clásico de rock distorsionado de principios de los años ‘90.
2010: Belong
Cediéndoles la práctica totalidad del lado creativo a los componentes de la banda, Alan Moulder y Flood (productores encargados del grupo que se han encargado de grupos de la talla de Depeche Mode, Smashing Pumpkins, Nine Inch Nails, PJ Harvey o U2 durante los años ‘90) han permitido que la banda evolucione manteniendo la esencia pop que les ha hecho triunfar hasta el momento.
Belong recoge nuevos aires y, salvando las distancias, su canción The Body recuerda lejanamente a New Order a la par que adoptan tonos de Adorable o lo que es lo mismo, una esencia levemente más punk. Pero en todo caso, Belong sigue siendo un disco de noise-pop (hace 20 años hubiese sido calificado de shoegazing) con el mismo estilo que les ha caracterizado siempre y cuyas mayores influencias son, sin lugar a dudas, The Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine. Quizá, por destacar algunas canciones pese a cometer un sacrilegio puesto que el disco conforma un conjunto muy interesante y atractivo por sí mismo, habría que destacar los “Girls of 1000 Dreams”, “Heaven’s gonna happen now”, “Anne with an E” o finalmente “Heart in your Heartbreak”. Temas que encantan a cualquier amante de la música distorsionada o más generalmente a los neófitos en el asunto.
Sin llegar a igualar la intensidad en las letras del álbum Pains of Being Pure at Heart, este “Belong” aporta una continuidad más brillante al disco anterior, genera una nueva dimensión al acuñar nuevas influencias y sobre todo, encaminan a la banda de Kip Berman, que se convierte en voz cantante real mucho más clara y en líder de la banda, por el camino correcto, el camino que los distancia de los “hype” y nos obliga a impacientarnos esperando sus novedades musicales futuras.
The Pains of Being Pure at Heart
Dos álbumes en su haber, álbumes repletos de temas que, en el buen sentido de la palabra y sin sonar repetitivos, nos tele-transportan a la época dorada del shoegazing, al shangri-la de la distorsión, a aquellos tiempos en los que todos soñábamos con Just Like Honey o vibrábamos con las potentes guitarras orquestadas por Kevin Shields. Tiempos en los que Hope Sandoval actuaba de sedante para los más exigentes e introspectivos y en los que Andy Bell todavía no se había unido a los Oasis.
The Pains of Being Pure at Heart suponen un gran avance en la música actual globalizada por mucho ruido, música efímera y algunas cosas buenas que aparecen de tanto en cuando. Enfrentadas al problema de la continuidad con el que otras bandas neoyorkinas se han enfrentado con fracasos estrepitosos o como la autorepetición como único remedio (como Interpol o los Strokes), los “Pains” han logrado una reconfiguración de su sonido, de su imagen y de su música.
Fuentes:
Pitchfork (www.pitchfork.com)
Nypress (Pure Energy)
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